Por Andrea Vargas
Terapeuta de Lenguaje
La noticia de un niño con pérdida auditiva nos toma por sorpresa a la mayoría de los padres. Es por ello que primeramente experimentamos un sinfín de sentimientos y emociones, entre los cuales pueden estar el enojo, la negación, el rechazo y la culpabilidad. Todas estas emociones son parte del proceso de duelo que cualquier persona experimenta al afrontar una noticia inesperada. Es un momento donde tomar decisiones puede ser algo difícil, lo primordial es buscar información y guía hacia las diferentes opciones para la educación de nuestro hijo(a). Existen profesionales en diferentes áreas capacitados para ayudar y guiarnos en el proceso y gran cantidad de familias, que viven esta inesperada aventura, logran el éxito de sus hijos.
Desafortunadamente no existe un manual universal de educación, no sólo para un niño con problemas de audición sino para cualquier otro niño. Sin embargo nos gustaría compartir algunos consejos.
“Al que quiera Celeste que le cueste” es un relato biográfico contado por la madre y enriquecido con testimonios de amigos y familiares. Es una motivadora invitación a los padres de niños con discapacidad a que se asuman protagonistas claves en la educación de sus hijos, en el camino de su efectiva integración social.
Formemos un equipo con el terapeuta, el audiólogo y con todo profesional que interactué con la familia.
Los profesionales, llenos de pasión, pueden proveernos de estrategias que nos ayuden en el camino, pero en última instancia somos los padres los que navegamos con nuestros hijos y les guiamos para que en un futuro ellos naveguen por sí mismos.
Aunque no nos oigan en ese momento, el simple hecho de interactuar con ellos es el primer paso en el establecimiento del futuro lenguaje.
Existen diferentes modos de comunicación (mediante señas, hablando o una combinación de ambas), escoger el modo que quieremos enfatizar en nuestros hijos es un derecho de todo padre.
Si nuestro hijo utiliza algún aparato auditivo (audífono y/o implante coclear) es indispensable que tengamos en cuenta la importancia y capacidad que dicha tecnología tiene en la calidad de sonido que nuestro hijo percibe y por ello lo utilice diariamente.
Existen diversos métodos educativos y técnicas de aprendizaje para niños sordos: la oralización, la logogenia, el lenguaje de señas, la estimulación temporana, musicoterapia, etc. Es nuestro derecho como padres que se nos brinde la información completa sobre las técnicas existentes y elegir el método que consideremos más apropiado para nuestros hijos.
Debemos repetirles todo el tiempo los sonidos, las palabras, las actividades, las letras, con muchas y muchas repeticiones. Establezcamos una rutina.
No se trata de sentarse en terapia únicamente, se trata de aprovechar las actividades cotidianas para enseñarles y a la vez reforzar lo visto en terapia o en la escuela. Esto resulta como 24 horas de terapia.
Nuestro hijo sordo necesita los mismos límites y la misma disciplina que necesita cualquier niño.
Un niño con pérdida auditiva requiere de un esfuerzo extra que nos puede llevar a resultados más allá que sorprendentes.
Disfrutemos con nuestros hijos y nuestra familia mientras asumimos el nuevo reto.
Andrea Vargas, MSc.
andreavargasc@me.com